lunes, 28 de marzo de 2016

No como nada que tenga ojos y me mire

El otro gran debate: carne sí, carne no. 
Como he dicho otras veces, no soy partidaria de eliminar totalmente ningún alimento de nuestra dieta. Dejar de comer carne, por mucho que algunos veganos no lo acepten, puede repercutir negativamente en la salud y que se produzcan carencias vitamínicas y minerales importantes. La falta de vitamina B12 es una de ellas. Sin embargo, también es cierto que personalmente cada vez tolero peor la carne y, éticamente, me decanto más por la idea de no comerme a otro ser vivo que siente y padece. 
Con todo ello, he tomado la siguiente decisión: comer carne sólo cuando voy de invitada y rechazarla se entendería como una descortesía -ayer mismo me invitaron a cordero al horno y por la noche, en otra casa, a lomo con col, y disfruté, sí, disfruté- o si salgo a comer fuera en caso de que haga mucho tiempo que no como carne. En casa, todo lo demás: siempre la verdura y la fruta como base de la alimentación, pero no dejar de comer huevos, lácteos y pescados. Hidratos, los justos. Dicen por ahí que a eso le llaman "dieta básica" y creo que puede ser una solución equilibrada entre la salud y la ética. ¿Qué opináis? 

6 comentarios:

  1. Yo no como carne, pero no es por salud. No pensé en eso cuando dejé de comerla. Eso sí, al dejarla, todo fueron beneficios. Pérdida de peso, desaparición de la migraña, más energía, mejores analíticas... No la echo de menos, la verdad. Cuando como fuera, en casa de alguien, pregunto qué van a preparar, y si no hay nada que pueda comer, me llevo algo de casa. Aunque normalmente siempre hay ensalada, verduras, arroz o pasta. Creo que no es necesario dejar de comer carne para tener una dieta saludable, pero también sé que la carne no es necesaria. Hay un montón de dietas pseudo vegetarianas que incluyen pescado, o carne (pescetarianas/flexitarianas). Hay tanto donde elegir, que lo mejor es que descubras qué te sienta bien a ti, que se adapta más a tu forma de Alimentarte y con qué te sientes más saludable. :)

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  2. Gracias, Sara. Siempre temo que un cambio extremo pueda ser perjudicial, pero incluso mi médico de cabecera me ha animado a dejar de comer carne! Pues esa es la decisión que he tomado ahora y bueno, la cosa efectivamente es ir experimentando y ver que es lo mejor para cada uno. Ahí estamos. Besos!

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    1. Yo no lo hice de manera brusca. Bueno, la carne sí que la dejé de una día para otro. Después el pescado (que aunque me gustaba mucho, en ese proceso, encontré en un trozo de bacalao una especie de gusano y ya con el asco no me costó dejarlo). Lo que sí me costó mucho fueron los huevos y los lácteos. Los huevos porque los usaba para todo (tortilla, dulces...) y los lácteos por adicción. No sabía lo adicta que era al queso hasta que intenté dejarlo. Pero al final lo conseguí. Eso sí, tuve que leer mucho después para aprender a combinar los alimentos (si comes huevos y lácteos esto no es necesario). La verdad es que fue un gran cambio, y una suerte. Yo, cuando tenía el antiguo blog, no conseguía perder peso, a pesar de pasar hambre, morir de ansiedad... Y al dejar los alimentos de origen animal, los kilos se fueron solos. (De 68 kilos a 52-53 y mi peso se mantiene). El cambio sirve también para conocer tu cuerpo. Cuando empieces a quitarte cosas, prueba a escuchar tu cuerpo. Yo descubrí que las cosas que más me gustaban (azúcar, gluten y lácteos) me hacían daño. Los lácteos no me permitían perder peso, y me producían dolor abdominal. El azúcar aumentaba mi apetito, supongo que por eso tenía siempre ganas de comer. Y el gluten me producía malestar. Alguna vez me salieron manchas por la cara, como rojeces, después de comer pan. Ahora tengo la piel mucho mejor y sin dolor de barriga. También descubrí que el ajo, la cebolla y el pimiento crudos me repiten muchísimo, así que no abuso de ellos,aunque me encantan.
      Bueno, en resumen, creo que lo más importante es escuchar a nuestro cuerpo, no obsesionarse con nada, y dejar que todo fluya. Todos los cambios llegan poco a poco. Un abrazo enorme. Voy a leer tu última entrada.

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  3. Bufff...tantas renuncias no están en mis planes...creo que debe de ser difícil vivir así, especialmente en una sociedad tan abocada a lo gastronómico, pero vaya! yo no elimino posibilidades, eso no...quién sabe...como tú dices, hay que escuchar al cuerpo y dejarse fluir en los cambios. Un abrazo!!

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  4. Yo también sigo esta filosofía de vida en lo que respecta a mi alimentación. Estoy en contra del procesado industrial de los alimentos y en contra de la ganadería industrial (mamíferos, aves, peces,...). Sí consumo huevos procedentes de gallinas criadas en suelo y también consumo lácteos.
    No me considero vegano ni vegetariano ni me quiero etiquerar y menos encasillar en ninguna moda que para muchos puede ser pasajera o simple postureo. Me defino por tanto simplemente como alguien que "No come nada que tenga ojos" y lo que es más no tengo de argumentar mi forma de vida a nadie, si la quiere enteneder que la entienda y sino que me argumente el afectado porque no se rige por mis principios.

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  5. Si observamos como funciona la naturaleza, vemos que los animales también se comen entre si para alimentarse. Es muy difícil llegar a una interpretación equilibrada de lo correcto porque los sentimientos humanos chocan con esa realidad. ¿Que se debe hacer, modificar la naturaleza o los sentimientos humanos? Creo que las dietas y sus resultados sobre el humano son un tema secundario atendible, pero en el fondo yace el dilema de matar o no para alimentarse. A nadie se le escapa que el dolor es parte de la vida y la naturaleza, y otros dicen que los humanos deberíamos usar el cerebro para evitarlo o al menos no ser parte. ¿Debería el humano tener una conducta y ética diferentes a la naturaleza? Creo que no tenemos la capacidad ni puntos de referencia para resolver el dilema. En lo personal, como carne porque siento que me fortalece y a la vez amo a los animales. Vivo sintiendo el dolor de esa dicotomía!

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