jueves, 21 de abril de 2016

Cultivar las hortalizas

Vivo en una ciudad pequeña, pero ciudad. Afortunadamente el piso tiene una terraza muy soleada. También ventosa porque hace esquina. No me planteé cultivar nada que no fueran mis cactus y plantas crasas. Sí, eso es: cuidados mínimos. Por falta de tiempo, pero también por reconocer lo inclemente de mi terraza: que si lluvia, que si viento, que si heladas, que si excesivo sol en verano. Sin embargo, hace un mes decidí plantar algunas semillas, que a penas me costaron 1 euro. Planté semillas de calabacín, rabanitos, zanahorias y lechugas. Hace una semana recogí mis primeros rabanitos y hoy la primera lechuga. Pequeñita, ya la veis, pero supongo que deliciosa. Me la voy a comer ahora en una deliciosa ensalada que veréis más abajo. 
Os animo a probar la experiencia. En simples macetas. No se necesita más. Agua y un poco de sol diario. También es importante planificar la plantación, no a lo loco, como hice yo, que comí los rabanitos hace una semana y no podré volver a comer hasta dentro de dos o tres. Si ha tardado un mes en poderse recoger, recomiendo ir sembrando cada semana. Claro si se quiere una producción constante también se requiere espacio. Si os conformáis con comer algunas hortalizas de vez en cuando pues con 4m2 de balcón ya basta.
Vivir saludable, también puede pasar por esto. Yo hoy tengo una sensación muy agradable. Me siento más capaz que nunca, menos dependiente, más autosuficiente. No sé cómo explicarlo. Me entristece cómo se ha criado a nuestra generación en la necesidad del consumismo externo. Es gratificante poder vivir a nuestro ritmo y ver cómo moldeamos una realidad que nos gusta. Ser hacedores, qué maravilla. 

Para comer me he hecho un arroz con pollo (sí, alguna vez como carne), zanahoria, cebolla, perejil, caldo de verduras, sal, pimienta, pimentón y cúrcuma. De postre, ensalada de frutas: 6 fresas, el zumo de dos naranjas y 1/4 de mango.
Ensaladita estrella para la cena: mi lechuguita cultivada por mí, una zanahoria, un poco de col lombarda, 1/4 de mango, una loncha de queso gouda, sal, una cucharada de aceite de oliva virgen y pipas de girasol. 
Qué colores, qué preciosa. ¿No os parece? Venga, ánimo con la vida sana. Hay que amarse.

6 comentarios:

  1. A mí me encanta ver (y comer) platos con muchos colores. Al final va a ser verdad eso de que la comida entra por la vista. Ja, ja. A mí me gustaría cultivar algo, es más tengo planes en mente para dentro de un par de meses. En casa de mi abuela estábamos cultivando verduras, pero se nos ocurrió la idea de plantar una "patata de aire" y se a comido todo. Ya sólo crece eso. Además es una enredadera, y ya sale por fuera.

    Lo bueno de cultivar tú misma lo que te vas a comer , es que sabes lo que le echas. Eso por no hablar del sabor... No se puede comparar con el plástico que venden en las fruterías, que son verduras muy bonitas, pero insípidas. Plástico.

    Me encantan tus platos, aunque yo no coma pollo. ¡¡Tanto color alegra la vista!! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para autoabastecerse hay que planificarlo muy bien y tener unas instalaciones mínimas. Pero la cosa es ponerse, empezar por poco, como yo, y el tiempo dirá si compensa. Además es terapéutico y muy energético. Te animo a hacerlo. ¿Dónde están esas recetas, guapa? ;)

      Eliminar
  2. Es genial esto de cultivar tu comida. Con un poco de programación puedes ir comiendo seguidito. Y ecológico de verdad. Y delicioso. Y recogido justo cuando toca, en su punto de madurez.

    Felicidades y bon profit!

    Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, guapa! Esta noche, cae fijo otra minilechugita...además recién mojada por la lluvia. ¿Puede haber algo más natural? mmmmmm...beneficios de "poques feines" jajaja

      Eliminar
  3. Mi marido y los niños han plantado tomateras y pimenteros en el balcón. Mucha hoja y poco fruto por ahora, jajaja. Resulta que soy yo la que sabe un poquito de estas cosas y el que se pone es mi marido, soy así de pasota. Lo malo es que sé que a esas plantas les falta tierra y no hago nada para remediarlo, me da igual, no tengo ganas de nada más que de hacer lo obligatorio (que ya es demasiado para mí).

    Sigue así de bien, me alegro mucho por ti.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tener más tiempo te da estos pequeños placeres, hay que verlo de manera positiva. Gracias!!

      Eliminar